domingo, 19 de febrero de 2012

EL GENDARME

Mis ojos en febrero
así te han visto,
así, bucólico y solitario
como un soldado en la puerta del castillo
desarmado y seguro;
me paro frente a ti para distraerte,
tu solo ves aura, vida y heroísmo.
No proteges torres ni princesas
mientras tanto
en lo más alto
suelto mis cabellos y los peino
tú, amado gendarme
solo me observas.

En Febrero tu yelmo caliente
lleno de ideas preciosas
y paternales
se enfría  a la distancia
mientras mi cuerpo cambia
con las mariposas y naranjales,
mis manos te hablan
y tu dejas de escucharme.

Mis ojos te ven
bueno, malo,
sincero y mentiroso,
bello con la frente en alto
entre mis muslos blancos
y carnosos,
como haré mañana  para escapar
de tu guardia,
bajo que sombra ajena
tendré que cobijarme
y tengo miedo
miedo que te quedes
como un fantasma
porque no querré olvidarte.