jueves, 22 de diciembre de 2011

DESDE MI JARDÍN

Sentado en mi jardín
te he preguntado
mientras tus pies tocaban mi cintura
si alguna vez te quedarías a mi lado
el derecho,
te pregunte si antes de Julio
sabías sobre la hipocresía de unos ojos,
hablé sobre Azucena y primavera
mientras enfriabas mi costado
con tus dedos otoñales.

Hablé de tanto y dije poco
o hable de poco y dije menos.

Sentado en mi jardín
quería verte siempre
hasta el día
que levantes tus pantalones cortos
y tu voz de protesta.
Soy tan grande
que me quedaron chicas las juventudes
y si no te vas ahora
que nos quedaría,
ya no he podido retenerte
y mientras una mano te detiene
la otra te empuja a lo más lejos.

Tu que apoyabas tu vida en mi costilla
dijiste mucho en casi nada,
ahora quisiera que me hables
de Venecia y Luxemburgo
cuando ya no puedo oírte.

Mientras tu risa lamía mi rodilla
sentado en mi jardín
no he vuelto a verte
y la hipocresía de mis ojos Azucena
aplacaron las frialdades después de Julio.

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