Aquí me tienes sin saberlo
saber es algo que nunca tuvimos
mientras nos teníamos atrapados
en la maraña de nuestras vidas.
Aquí sentada o aquí de pie,
cuento las chispas de gotas que golpean
la ventana que rompimos en enero,
cuento las horas que duermo
para no dormir menos que suficiente.
Te diré, que en medio de mi pecho
siento la ausencia de un corazón de azúcar
me dirás, que la mitad de mis órganos no te los llevaste
para dejarme media viva
frente a la ventana que nunca se abre,
de donde veo todos los colores, los mares,
la gaviota solitaria
que entierra su pico en mi cuerpo
pero nunca comerá de mi mano.
Aquí te tengo y lo se
saber es algo que quisiste
mientras me escapaba
de la maraña que tu tejías,
Aquí sentada ya no de pie,
siento la lluvia que me baña
y le estiro mi mano a la gaviota
esperando que un día
tan solo quiera tocarla.
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