martes, 17 de septiembre de 2013

BAJO LA VIOLENCIA SUDAMERICANA

Francisco mio,
cuando me convierta en polvo
viajaré en el  vacío del viento
sobre el mar más Pacifico,
entonces,
voy a bañar cada costa de mi tierra
y aquellas que solías abarcar solitario.

Cuando Lima duerma
y tu seas el búho hablándole al puerto
no me pidas que regrese
de las profundidades o del cielo
solo podré llorar
hasta inundar tu territorio,
si tienes suerte
esa noche vas a encontrarme
cargada de heroísmo
y sobre la arena como antes
beberemos unos licores.

Podré decir que te amé toda la vida
bajaré cada noche
a besar tu frente hervida
de culpa por mi lejanía
andaré descalza por tierras tuyas
que mis ojos antes no conocieron
estaré junto a ti
sin toros, sin toreros
y la música peruana.

Los aires mundiales
en la cercanía de América
cuando ya no esté ni cerca ni lejos
se habrán acabado
y con ellos
los pecados que solíamos cometer
bajo la violencia sudamericana,
sobre el amor verdadero;
ya no podrás rechazarme
y yo...
te habré amado hasta la muerte.

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